Amigdalas

amigdalasLa amigdalitis es un cuadro inflamatorio de la parte posterior de la cavidad oral en donde se encuentran las amígdalas, y puede ser causada por infección de múltiples microorganismos como virus, bacterias y parásitos, así como factores irritantes como el reflujo gastroesofágico, alimentos condimentados y factores ambientales. El causante más común son los virus, microorganismos básicos que se encuentran en cualquier lugar, pero que tienden a infectar más en épocas de invierno o cuando las defensas naturales del organismo disminuyen. Es importante mencionar que las infecciones virales no requieren el uso de antibióticos para su manejo, pero existe la opción de la cirugía de amígdalas, dependiendo de la situación de cada paciente.

La mayoría de estas alteraciones puede ocurrir a cualquier edad y afecta desde a los niños más pequeños hasta a los adultos, y tampoco tiene predilección por algún género, por lo que tanto hombres como mujeres tienen la misma posibilidad de presentar esta enfermedad.

Las amígdalas son estructuras de nuestro sistema de defensas que ayudan a defendernos de microrganismos, sin embargo, cuando éstas se enferman recurrentemente, pierden su función y se vuelven en sí un foco de infección, lo que produce cuadros repetidos de infecciones.

Qué síntomas o molestias produce

No todos los cuadros de amigdalitis son iguales y entre la infección de las bacterias y los virus existen algunas diferencias, por ejemplo:

En casos de infección por virus es común presentar dolor tipo ardoroso en la garganta, molestia al pasar los alimentos, cuerpo cortado, dolor de cabeza, fiebre menor a 38.3° C, abundante salida de moco transparente por la nariz e irritación de los ojos. Puede haber tos con flemas transparentes o blancas y enrojecimiento de la garganta, muchas veces acompañados por molestias nasales y oculares como estornudos y congestión de la nariz.

En casos de infección por bacteria también encontramos dolor de garganta, la cual puede ser bastante dolorosa e incluso llega a generar dificultad para deglutir los alimentos, la fiebre puede ser más alta que en cuadros virales y en caso de existir cuadros de tos, generalmente es más productiva, con presencia de expectoración amarillenta o verdosa espesa. Al revisar la faringe en consulta, podemos observar la aparición de placas blancas o puntos blancos en las amígdalas y en la parte de atrás de la garganta, acompañados por enrojecimiento generalizado y en ocasiones hay una descarga amarillenta o verdosa en la parte posterior de la garganta.

Las amigdalitis por irritantes son diferentes, tienden a ser cuadros de duración prolongada, el dolor es menor pero genera una molestia constante que puede aumentar con alimentos irritantes, después de comer, al acostarnos o por las mañanas, ya que puede existir una subida de ácido del estómago hacia la garganta que quema el tejido durante la noche. Si se acompaña de tos, generalmente no es productiva y no observamos fiebre, malestar general, mocos o estornudos.

Tratamiento de la amigdalitis

Cada caso es diferente y tenemos que analizarlo detalladamente para encontrar la causa inicial del proceso inflamatorio de la garganta, pero generalmente, si el cuadro es de origen viral, se necesita un buen control general de las molestias y cuidados generales con el uso de medicamentos antiinflamatorios, la ingesta de abundantes líquidos claros como agua o soluciones de rehidratación oral durante una semana, periodo en el que normalmente el cuadro cede por sí solo.

Generalmente, los cuadros de infección bacteriana requieren un manejo más complejo ya que las bacterias no se eliminan por sí solas y debemos apoyarnos del uso de medicamentos antibióticos especificos para la sospecha y un control general similar, con la ingesta de líquidos claros y un buen control del dolor y malestar general mediante el uso de analgésicos y antiinflamatorios.

El cuadro de inflamación de las amígdalas causada por reflujo ácido del estómago es aún más complejo, ya que debemos de analizar no sólo qué tan lastimada encontramos la garganta, sino que debemos realizar una exploración completa junto con el gastroenterólogo para revisar la causa inicial del aumento de acidez a nivel de garganta. En estos casos es fundamental un control de producción de ácido del estómago, mejoría del tono del esófago y cambios en la dieta, basados en la disminución de la ingesta de alimentos irritantes como picante, chocolate, café, alcohol, tabaco.…

La cirugía de amígdalas

Cuando se sufren de infecciones repetidas sobre las amígdalas, en donde se demuestra la aparición de placas o secreción blanquecina, fiebre alta y de preferencia tengamos un estudio que muestre las bacterias en el tejido de las amígdalas, es prudente retirar este tejido a través de la cirugía.

Normalmente se toma la decisión de operar cuando se cumplen algunos criterios, en especial si se presentan 7 infecciones en un año, 5 cuadros en 2 años consecutivos o 3 infecciones en 3 años. También es necesaria la cirugía de amígdalas en casos de colecciones de pus en el tejido (absceso peri amigdalino), cáncer y cuadros de obstrucción respiratoria con ronquido nocturno.

Hoy en día la cirugía se realiza en muchos casos de manera ambulatoria y sin necesidad de pasar la noche en el hospital, siendo en niños un procedimiento con una recuperación rápida y reincorporación a las actividades en una semana.

Contrario a lo que se piensa, la cirugía de amígdalas no disminuye nuestras defensas naturales, al contrario, disminuye de manera importante los cuadros de infección recurrentes y el ronquido nocturno.

Evolución y complicaciones:

Normalmente, con un buen tratamiento y cuidados generales, la mayoría de los cuadros inflamatorios de las amígdalas se recuperan completamente sin dejar secuelas, siempre tomando en cuenta que si la causa inicial del proceso es por una infección bacteriana o viral, se puede contagiar a las personas que están a nuestro alrededor o que tienen contacto con objetos manipulados por el enfermo.

En caso de no llevar un buen control, cualquiera de estos cuadros se pueden extender hasta afectar el oído, los senos paranasales y la laringe, por lo que es fundamental iniciar el proceso de valoración por el especialista lo más pronto posible.

Existe un cuadro inflamatorio generalizado llamado fiebre reumática, en la que el cuerpo humano confunde a las bacterias con tejido de los cartílagos y corazón, atacándose a sí mismo y generando complicaciones en riñón, corazón y articulaciones, por lo que consideramos de vital importancia una atención inmediata en casos de amigdalitis recurrente.

Hablando específicamente de la cirugía de amígdalas, las complicaciones más frecuentes son el sangrado posterior a la cirugía, infecciones de las heridas quirúrgicas y mala cicatrización, sin embargo, si nuestro seguimiento es adecuado, todos estos problemas se pueden solucionar sin problemas posteriores.

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