Uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes a nivel estético es la cirugía de nariz o rinoplastia, también conocida como cirugía de reparación de nariz. Este procedimiento permite hacer modificaciones en la forma de la nariz, como aumentar o reducir su tamaño, cambiar el ángulo que se forma entre la nariz y el labio superior, remodelar la punta de la nariz o estrechar las fosas nasales. Si bien, como acabamos de mencionar las cirugías de nariz son ampliamente utilizadas con fines estéticos, también existen cirugías aplicadas para mejorar las capacidades funcionales de la nariz, órgano que presenta problemas derivados de la presencia de padecimientos como la sinusitis, por ejemplo, o por su propia estructura, ocasionando dificultades respiratorias que afectan la calidad de vida de quien las padece.
Dentro de las operaciones de nariz estéticas y correctivas existen diferentes métodos que se aplican según los intereses del paciente, los objetivos trazados y las preferencias y formación del médico. En términos generales, una intervención quirúrgica de nariz tiene una duración de alrededor de una hora, aunque en casos de mayor complejidad puede tomarse más tiempo, principalmente si se está realizando para tratar una patología o si se desea corregir la función nasal. Para la cirugía se utiliza anestesia local o general, según el tipo de trabajo que se vaya a realizar. Al tratarse de una intervención ambulatoria, la operación se lleva a cabo en un quirófano de clínica o sanatorio y requiere únicamente de un tiempo de internación previo de una hora y al finalizar la cirugía el paciente tiene que permanecer en promedio tres horas en el lugar. El tiempo de recuperación después de una cirugía de nariz varía de una persona a otra, pero por lo regular después de 48 horas es posible que el paciente comience a realizar actividades que no impliquen gran esfuerzo dentro de su hogar. En la mayoría de los casos en un lapso de cinco días se pueden retomar las actividades laborales y escolares y transcurridas entre tres semanas y un mes se pueden empezar a realizar actividades físicas con una intensidad regular según lo que el médico indique.
Como ya mencionamos, la manera en que se lleva a cabo la intervención es distinta según los objetivos que se pretendan alcanzar, y tanto las características del procedimiento como otros factores, tales como el estado de salud general del paciente y su edad, determinarán el tipo de cuidados que deberá tener durante el periodo postoperatorio hasta que se recupere completamente. Tal y como ocurre con cualquier otra cirugía, existen ciertos riesgos de infección y complicaciones, por ello es de suma importancia que se sigan al pie de la letra las instrucciones del especialista, las que permitirán reducir tales riesgos y el alcance de resultados satisfactorios tras la operación. La recomendación general que dan todos los especialistas a sus pacientes es que guarden reposo al menos durante los primeros diez días después de la operación. Guardar reposo no implica que se tenga que estar en cama todo el tiempo, sino regular la intensidad de las actividades que se realizan para evitar que síntomas como el dolor y la inflamación empeoren o bien, que al incrementarse el flujo sanguíneo se presente una hemorragia que requiera atención médica de emergencia. Es necesario saber que al menos durante las primeras 72 horas posteriores a la operación puede presentarse sangrado nasal. Esto es completamente normal y sólo tendrá que ser necesario cambiar la gasa colectora, ubicada en la parte inferior de la nariz, cada vez que sea necesario para conservar el área limpia y evitar mancharse. La sangre puede tener una consistencia diferente a la que se acostumbra, ya que estará acompañada de otras secreciones, pero si en todo caso el sangrado debería cesar por sí solo y finalmente ya no será necesario utilizar una gasa.
Durante las primeras semanas la nariz presenta obstrucción debido a la inflamación, secreciones y costras que se forman al interior, pero por ningún motivo el paciente deberá sonarse la nariz, al menos no durante los primeros 15 días ya que el aumento de presión puede ocasionar dolor, retrasar el proceso de cicatrización y producir una hemorragia. La obstrucción nasal, que se siente de manera similar a un resfriado, desaparece completamente a los 30 días. Por otro lado los hematomas y el edema aumentan en un lapso de 72 horas después de la cirugía llegando a su punto máximo, pero con el paso de los días van disminuyendo y se estima que al menos en un 90% de los casos, transcurridos los diez días desaparecen. La inflamación suele abarcar toda la cara incluyendo el labio superior y la mandíbula, resultando más pronunciada por la mañana. Para reducir estos síntomas el médico puede recomendar la aplicación de frío local en el área debajo de los ojos y en el entrecejo durante los primeros tres días; aplicar paños embebidos en té de manzanilla frío en la región inflamada cada tres horas por 30 minutos; tomar árnica o elevar la cabecera de la cama. Es importante considerar que en la mayoría de los casos se coloca una férula en la nariz, elemento que deberá utilizarse entre una y dos semanas.
La férula en su parte inferior tiene cintas adhesivas que reducen los edemas y contienen la inflamación, y al retirarlas se deberá limpiar la piel perfectamente para eliminar el exceso de grasa. En cuanto a la exposición al sol, en los primeros días cuando hay hematomas se debe evitar la exposición a la luz solar directa y, en caso de no ser posible permanecer en espacios interiores, será necesario utilizar protector solar factor 40 o superior. Cuando los hematomas hayan desaparecido se vuelve seguro exponerse al sol, siempre y cuando se emplee la protección adecuada y prestando atención a las reacciones que se presenten, pues en caso de que aún sea muy pronto para exponerse a la luz solar, la hinchazón volverá a aparecer. El uso de anteojos pueden recomendarse durante los primeros días cuando aún se conserva la férula, pero cuando esta haya sido retirada se recomienda esperar seis semanas antes de volver a usarlos. En caso de que resulten imprescindibles se deberá optar por armazones livianos y colocarlos sobre algodones o delas adhesivas para distribuir la presión por el apoyo. Los resultados definitivos tras una cirugía de nariz pueden observarse en su totalidad un año después de que se haya realizado el procedimiento. Esto no quiere decir que desde los primeros meses no se puedan apreciar los resultados, de hecho a los dos meses un 70% de los resultados son visibles y para los seis meses la recuperación ya permite apreciar los resultados definitivos en un 90%. Claro que el tiempo varía de un paciente a otro y depende de factores como el tipo de cuidados que se hayan tenido durante el proceso postoperatorio.