La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa interna de la nariz, causada por una respuesta exagerada a diferentes estímulos del ambiente, la cual, por lo general, tiene bases alérgicas. Es probablemente la enfermedad inmunológica más frecuente hoy en día que atiende el otorrinolaringólogo, especialmente en ciudades grandes, y en donde la calidad del aire suele ser mala debido a la gran cantidad de contaminación y a la falta de espacios verdes.
Los factores más comunes que causan este tipo de alergia son el polvo, pelos de perros o gatos, pólenes y hongos, aunque hay muchos otros factores desencadenantes.
Síntomas de la rinitis alérgica
Dentro de los síntomas más frecuentes encontramos la congestión de la nariz, comúnmente llamada “nariz mormada”, sequedad de nariz, abundante moco transparente líquido, comezón en la nariz o los ojos, estornudos frecuentes, dolor de cabeza, especialmente en la parte anterior de la misma o alrededor de los ojos, oídos tapados, ardor de garganta y tos seca o con flema transparente.
Las molestias se pueden presentar en algunas épocas o durante todo el año y pueden variar, empeorando o mejorando durante el día, además de que no hay una tendencia específica por género, siendo prácticamente igual en hombres y mujeres. En cuanto a la edad de presentación, es más frecuente verlo en niños y adolescentes, pero los adultos no están exentos de presentar esta enfermedad.
Los síntomas se confunden fácilmente con los cuadros gripales o resfriados, pero la diferencia radica en el malestar general de los cuadros infecciosos, situación que no existe en el caso de la alergia y es frecuente ver que en los cuadros alérgicos. También es preciso mencionar que el tratamiento mejora el cuadro, pero al descontinuarlo, regresan rápidamente las molestias, por lo que normalmente muchos pacientes piensan que han tenido cuadros constantes o repetidos de infección, sin que realmente sea éste el caso.
Diagnóstico de la rinitis alérgica
En su mayor parte se llega a la conclusión de padecer esta enfermedad mediante una revisión completa de la nariz, los oídos y la garganta, así como con el análisis de los síntomas, por lo que es de vital importancia acudir a revisión con el especialista, en este caso el otorrinolaringólogo o el alergólogo. También se pueden realizar en consultorios pruebas específicas de alergia, las cuales pueden ser llevadas a cabo con una muestra de sangre analizada en laboratorio, o colocando diferentes muestras de las sustancias que generalmente producen alergia en la piel en búsqueda de una respuesta inflamatoria en la región, y así poder conocer cuál es la causa concreta del problema.
En muchos casos, este padecimiento se confunde con la sinusitis, sin embargo no son lo mismo ya que la inflamación de la nariz en un cuadro de sinusitis es debida a una infección de los senos paranasales, que son espacios huecos junto a la nariz que producen moco. Estos cuadros pueden ser generados por contagio de bacterias, virus o parásitos y normalmente se acompañan de secreción nasal verde o amarilla, sensación de presión en el centro del rostro, malestar general y fiebre.
Tratamiento de la rinitis alérgica
Dependiendo de las molestias en cuanto a la intensidad y época de presentación, existen diferentes tipos de tratamiento. Normalmente se inicia un protocolo con medicamentos que disminuyen la producción de los factores inflamatorios del cuerpo que desencadenan los síntomas alérgicos. En caso de que predomine la congestión de la nariz se pueden utilizar medicamentos tipo gotas o espray, aplicados a través de las fosas nasales que disminuyen la inflamación y permiten mejorar la respiración, disminuir la producción de moco y estornudos.
En pacientes que sufren durante todo el año de este tipo de rinitis podemos utilizar tratamiento inmunológico específico a través de vacunas, las cuales disminuyen progresivamente la respuesta del cuerpo a los factores que generan las alergias. Las vacunas que se utilizan son específicas para los factores y proteínas que generan los síntomas en cada persona en particular, siendo al fin de cuentas un tratamiento personalizado.
Estos medicamentos y tratamientos inmunológicos que usamos para el control de la alergia de la nariz se pueden utilizar desde los 6 meses de edad y hasta edades avanzadas, por lo que no es necesario sufrir de molestias y es imperativo iniciar el manejo médico desde que empiezan los síntomas.
En el caso de las mujeres embarazadas disminuye ligeramente la cantidad de medicamentos administrados, sin embargo, existe un buen control con algunos sprays nasales que sí podemos utilizar durante el periodo de gestación.
Es importante recalcar que los procesos alérgicos no se curan como tal ya que son parte de una respuesta natural del cuerpo humano, aunque en este caso, es exagerada. Por esto mismo, existe la posibilidad de tener que llevar un control médico durante muchos años, incluso durante toda la vida, pero siempre con la confianza de que si llevamos a cabo un buen manejo, los síntomas se podrán controlar y nos asegura un nivel de vida excelente, pudiendo realizar todas las actividades de la vida cotidiana sin problema.
La cirugía de la nariz en este caso en particular no es un tratamiento curativo de la rinitis alérgica, sin embargo, existe la posibilidad de que el cuadro de inflamación crónico genere un aumento del tamaño del tejido mucoso de los cornetes, los cuales son estructuras internas de la nariz que nos ayudan a canalizar adecuadamente el aire que respiramos, así como a calentarlo y humidificarlo, o puede predisponer a la aparición de pólipos, que son pequeñas tumoraciones benignas gelatinosas derivadas de la mucosa (piel) de la parte interna de la nariz. En ambos casos se produce un aumento de la obstrucción de la nariz y la cirugía sí nos ayuda a eliminar o disminuir el aumento de tamaño de los cornetes y a la eliminación de los pólipos nasales, mejorando así la respiración.