El tabique nasal es la lámina formada por cartílago y hueso que divide las fosas nasales por la línea media, el cual da soporte a la nariz y guía el crecimiento de la misma durante su desarrollo.
En algunas ocasiones y por distintas causas, ya sean congénitas o accidentales, el tabique nasal se puede encontrar desviado, y en algunos casos éste puede generar síntomas y requerir una cirugía para su corrección. Es un trastorno muy común que afecta a la gran parte de la población, aunque no en todos los casos resulta una complicación, sin embargo, ya que la desviación de esta estructura puede producir una nariz torcida, en este caso la cirugía de tabique desviado puede mejorar la apariencia nasal.
Se trata de uno de los procedimientos que más realiza el otorrinolaringólogo durante su formación y práctica profesional, debido a la alta incidencia de casos que se presentan.
La desviación del tabique nasal puede estar presente desde el nacimiento o puede producirse por traumatismos en la cara, debido a caídas o golpes, generalmente durante la infancia, donde no se manifiestan síntomas, ya que la nariz del niño es muy flexible, y suelen pasar desapercibidos.
Durante el desarrollo corporal, las fracturas que se produjeron en la niñez contribuyen a la deformidad de la nariz, produciendo en esa etapa de la vida o, posteriormente, en la etapa de adulto, los síntomas de la obstrucción nasal.
El tabique desviado producido por algún traumatismo puede ser tanto de la parte externa de la nariz, como del tabique nasal, o de ambas estructuras. Se pueden producir fracturas y luxaciones, afectando tanto al hueso como al cartílago, lo cual ocurre por la situación prominente de la nariz, que hace que este tipo de traumatismo sea el más frecuente de los traumatismos de la cara.
Suele producirse en accidentes de tráfico o laborales, durante la práctica de deportes o por algún tipo de agresión física. No obstante, los accidentes de tráfico son los que conllevan una mayor gravedad, por las lesiones asociadas que producen, siendo los golpes de abajo hacia arriba los que ocasionan con más frecuencia las fracturas del tabique nasal.
Ahora bien, es importante someterse a un tratamiento precoz de la desviación del tabique nasal de origen traumático para evitar las secuelas de obstrucción respiratoria nasal.
El traumatismo nasal en niños y jóvenes que todavía están en desarrollo puede afectar a los núcleos de crecimiento de los huesos y los cartílagos del tabique nasal, pudiendo producir desviaciones importantes del tabique durante su crecimiento posterior. Como la nariz del niño es más flexible, porque tiene más cartílagos, se suelen producir, además de las fracturas del tabique, curvaturas y dobleces del mismo que durante su desarrollo van produciendo la correspondiente desviación del tabique, apareciendo, por tanto, en la etapa de adulto.
La sintomatología del tabique desviado, que comúnmente se presenta en este tipo de padecimiento, es la siguiente: obstrucción permanente de una o ambas fosas nasales, dolor de cabeza frecuente, respiración oral, ronquido, sangrados nasales frecuentes, sensación de oído(s) tapado(s), por mencionar algunos síntomas.
Es importante mencionar que el grado de desviación del tabique está relacionado con los síntomas que produce, cuando la desviación es de moderada a severa, en este caso el paciente referirá obstrucción nasal permanente del lado afectado, en algunos casos se puede encontrar un síntoma paradójico que es una obstrucción del lado contrario a la desviación, lo cual se debe a un proceso llamado ciclo nasal y a una compensación que existe en unas estructuras llamadas cornetes, que se encargan de calentar y humidificar el aire inspirado.
Existen casos especiales como, por ejemplo, los pacientes que nacen con labio leporino y paladar hendido, en quienes las deformidades en el paladar producen desviaciones severas en el tabique nasal así como deformidades en la base nasal.
El diagnostico generalmente se realiza con una simple inspección de la fosa nasal, y en algunas ocasiones, principalmente en casos de cirugías previas o traumatismos, es necesaria la realización de estudios de imagen como radiografías simples o tomografías de nariz.
No hay que olvidar que es importante realizar una revisión a tiempo para descartar otras causas de obstrucción nasal, como: crecimiento de los cornetes, hipertrofia de adenoides, procesos alérgicos, pólipos y otros tumores benignos o malignos de las fosas nasales, entre otras.
El tratamiento de este problema es la septoplastía u operación del tabique nasal, que es el procedimiento mediante el cual se corrigen desviaciones o deformidades en el interior de la nariz que afectan su función. Es un tratamiento sencillo y sin complicaciones, ya que al tratarse de una cirugía de la porción interna de la nariz, rara vez se generan moretones o inflamación visible, lo cual es un factor positivo para los pacientes.
Por otro lado, sabemos que existen algunos mitos sobre la edad a la que es adecuado someterse a un procedimiento de este tipo, por lo que queremos aclarar que tal cirugía está indicada a cualquier edad, siempre y cuando se cumpla con los criterios necesarios, por lo que es menester acudir con un otorrinolaringólogo, que es el único especialista que realiza este tipo de cirugía, quien evalúa cada caso y quien determinará si el paciente es candidato a someterse a la operación.
Por último, es importante reiterar el hecho de que una desviación de tabique y la alteración en la respiración nasal en la infancia pueden tener secuelas de salud y desarrollo, así que no dudes en visitar al especialista en cuanto se presenten algunos de los síntomas antes mencionados o se sospeche de tener tabique desviado.